Mario Laserna solía decir que la aparición de Nicolás Gómez Dávila en su vida, la había dividido en dos: antes de conocerlo y después de conocerlo.
Nicolás Gómez explica las razones sobre su entrañable relación con Mario. Entre 1920 y 1936 Gómez vivió en París y por coincidencia Mario había nacido en París. La casa de la familia Gómez Dávila estaba cerca a la de la familia Laserna Pinzón en el centro de Bogotá. Mario era un buen jinete y paradójicamente Gómez se cayó de un caballo en 1948 en la hacienda Canoas en Soacha, lo cual redujo su movilidad. Esto explica que empezara a permanecer más tiempo en su casa de la calle 77 con carrera 11, donde estaba lo más valioso para él: su gran biblioteca. Allí no estaba solo. Además de sus familiares, acogía amigos para conversar sobre los temas más diversos, bajo el principio de que “sólo es interesante conversar con quienes acostumbran a dialogar ansiosamente consigo mismos”.