Mario Laserna se desempeñó como director de la revista Semana, del diario La República y como fundador y dueño del vespertino El Mercurio.
Esta labor periodística fue cercana a su trayectoria política. En su rol de columnista y editorialista participó en medios de todas las corrientes políticas: Semana, de orientación liberal, El Mercurio, de orientación independiente y bipartidista, y La República, de orientación conservadora
Mario Laserna director de Semana
El primer medio que dirigió Mario Laserna fue Semana, revista fundada en 1946 por Alberto Lleras y a la que se consideraba liberal. Desde la fundación de Los Andes, Mario aparecía en ese medio con alguna frecuencia en calidad de noticia o como comentarista de diversos hechos académicos, educativos y culturales.
En la edición número 308 del 13 de septiembre de 1952, apareció por primera vez en la página legal de Semana como subdirector y en el siguiente número como director.
La revista Semana estuvo inspirada en las norteamericanas Time y Newsweek. Mario se acopló rápidamente como director porque conocía el formato y tenía claridad sobre lo que buscaba en el periodismo, sin olvidar que, desde niño en Nueva York, ya había sido pequeño distribuidor (haciéndose pasar por adulto) de las revistas de variedades Liberty y Ladies Home Companion.
Su aporte a Semana en los cerca de siete meses que estuvo como director quedó reflejado en las secciones de “Cartas al lector”, las portadas con temas culturales y académicos, la equilibrada sección política, la inclusión de su amigo Péter Áldor como caricaturista, el aumento en la publicación de noticias sobre academia y ciencia (desarrollo de las Matemáticas en el país, consolidación de la Universidad de los Andes, avances científicos alrededor del mundo, llegada de eminentes profesores a Colombia), las elecciones en Norteamérica –que cubría su amigo José María Chaves–, los sucesos en Tolima y otras regiones, las encuestas de diversos temas, notas acerca de filósofos, crónicas (como la obra arquitectónica de Francisco Pizano, a quien además dio portada) y en general, noticias sobre personajes sobresalientes, muchos de ellos allegados suyos y a Los Andes como Eduardo Zuleta, Mariano Ospina Pérez, Alberto Lleras o incluso su esposa Liliana.
El hombre mercurial.
Mario Laserna funda y dirige su diario El Mercurio
Consulte aquí una versión digitalizada de: El Mercurio - Año 1955 No. 0 - El sueño de la bicicleta - Mario Laserna - Repositorio digital de Patrimonio Documental y Bibliográfico | Uniandes
Su segunda incursión abierta en política atada al periodismo data de 1955 cuando abandonó sus estudios de postgrado en Heidelberg, no solo para participar ponderadamente en el debate político de oposición a la dictadura, sino para hacerlo con su propio diario vespertino, El Mercurio, que fundó en Bogotá usando las rotativas de La República, cesantes durante algunos meses por la represión que la dictadura ejerció sobre algunos medios. Esta iniciativa implicó una inversión económica arriesgada aprovechando la oportunidad que originó el cierre del más influyente medio del país, El Tiempo (3 de agosto), la censura a todos los periódicos y otras sanciones a El Espectador por la dictadura de Rojas (1953-1957).
La palabra y el planeta Mercurio, con frecuencia se asociaba a Mario y más aún desde que el expresidente Alberto Lleras Camargo lo denominó “hombre mercurial” (“perteneciente o relativo a Mercurio”) en el homenaje que le ofreció el Gobierno Nacional en el Hotel Tequendama de Bogotá, el 12 de mayo de 1955 para entregarle la Cruz de Boyacá, máxima condecoración del Estado colombiano.
Mario, que siempre mantuvo fija su atención en los acontecimientos políticos del país y el mundo, siguiendo las noticias desde cualquier lugar del mundo y escribiendo a veces algún artículo o ensayo sobre política colombiana o internacional, recibió la decisión represiva hacia los medios de comunicación, como un ataque de la dictadura a la “mentalidad liberal” en la cual se sustentaba la nación y la democracia. Por eso regresó de Alemania a fundar El Mercurio.
Luego de más de siete meses de estarlo publicando, envió una carta a su amigo John von Neumann donde le narraba jocosamente su aventura político-periodística: “Hace un año también tuve contacto cercano con los titulares. En la ocasión del cierre de El Tiempo decidí “rescatar” la mentalidad civil y liberal del olvido y empecé un periódico en Bogotá, El Mercurio. Logré alejarme de la política o al menos practicarla de un modo más sutil (no muchos nombres) de lo que es común en Colombia [...].”
La fundación de El Mercurio propició que un grupo de amigos de diversas corrientes políticas aceptaran la propuesta periodística de Mario. El liberal Pedro Gómez Valderrama, compartió la dirección en lo periodístico con el fundador, el conservador vallecaucano Harold Eder en lo económico, Rafael A. Ricardo como gerente, el conservador Miguel Arbeláez como subdirector, José Font Castro como jefe de redacción y el confeso anticomunista húngaro Péter Áldor como caricaturista. Todos eran escritores reconocidos con amplia experiencia en medios y política.
Debajo del encabezado se fijó como lema, “El precio de la libertad es una permanente vigilancia”. En la primera página del número de prueba, en la sección titulada “Barómetro” se expresó la postura ideológica del periódico:
“[…] el lector hallará cómo la nómina de colaboradores que presenta este periódico comprende los mejores escritores de la vida nacional, ubicados en las tendencias más opuestas, pero situados todos bajo el común denominador del desvelo permanente y la preocupación constante por el destino de la nación. Y la aparición de este diario no va animada por el simple deseo de llenar una necesidad informativa, sino y, ante todo, por el propósito de que el hecho de llenarla signifique un paso hacia la formación de un sentido diferente en la vida de Colombia, y un avance hacia una cultura política necesaria para realizar los anhelos del país”.
Mario Laserna dirigió El Mercurio durante los cuatro meses que circuló con tres ediciones semanales y entre marzo y abril de 1956, cuando cambió a semanario, hasta desaparecer. En lo restante del año 56, la dictadura empezó a perder apoyo, entre otras razones, porque los dirigentes de los partidos le retiraron el respaldo ofrecido en 1953 para, en cambio, apoyar al líder de la oposición, Alberto Lleras. Luego de su fallida aspiración al Senado por el conservatismo en 1964, en 1967 Mario renuncia a la Rectoría y al Consejo Directivo de la Universidad de los Andes para retornar a la actividad política, no sin antes advertir en su carta de retiro, que en la universidad no se podía hacer política ni la universidad se podía usar para hacer política: “Después de meditar largo tiempo sobre la crisis de desarrollo porque atraviesa desde hace años el país, he llegado a la convicción de que constituye un patriótico deber de quienes creemos aportar algo a la formulación y solución de nuestros graves problemas […] participar en la política activa”.1 Mario es elegido Concejal de Bogotá por el conservatismo (1968) y de Ibagué (1971).
1Archivo Universidad de los Andes. Carta de renuncia presentada por Mario Laserna como presidente del Consejo Directivo de la Universidad de los Andes, Bogotá, 14 de noviembre de 1967.
Director de La República
En julio de 1972 Mario Laserna fue nombrado director del diario conservador La República, fundado en 1964 por el expresidente conservador Mariano Ospina Pérez. El rotativo llevaba la vocería del grupo conservador ospinista, antagónico de El Siglo, de orientación laureanista. La línea editorial de La República era sobre economía, negocios y empresa.
Durante los más de tres años como director escribió afinadas columnas, apoyando las ideas conservadoras, siguiendo la actividad política del expresidente Ospina, del gobierno de Pastrana y los diversos hechos nacionales como la posesión de su amigo, el presidente López Michelsen. Sus agudas observaciones en editoriales y notas le aseguraron una interlocución directa con los presidentes Pastrana y Alfonso López (1974-1978) que le permitían enriquecer los contenidos informativos del diario, frente a sus competidores.
Agregó también su indeleble estilo de informar y formar, con noticias de literatura, arte, filosofía, biología, avances científicos y noticias de política internacional, entre otros campos. Las noticias sobre Los Andes no fueron tan frecuentes como en Semana y El Mercurio, tal vez por el enfoque del periódico y la fortaleza alcanzada por la Universidad. Su oficina se convirtió en concurrido centro de tertulia con colegas nacionales y extranjeros, y acostumbró “dar la cara” con contenidos polémicos firmando con su nombre de pila acompañado de su fotografía. Sin un despliegue noticioso sobre su salida, apareció por última vez como director el jueves 23 de octubre de 1975.
Mario Laserna y su labor en el periodismo:
“He estado un poco involucrado en el periodismo porque me parece que la opinión pública se forma a través de los medios de comunicación de masas. Es necesario que estos medios sean conscientes de cuáles son los cambios que conviene introducir en el modo de pensar colombiano.
En el periodismo, como director de La República, me di cuenta, entre otras cosas, que hay que transformar la mentalidad de los periodistas, porque ellos tienen una formación demasiado reducida al ámbito nacional y no ven que el mundo actual exige una gran conciencia de la realidad nacional, percibir en forma clara cómo ocurren los cambios y cuáles son las etapas por las que se pasa para llegar a esos cambios”.
El “Lasernismo”
Mario Laserna desarrolló una propuesta que combinaba periodismo y política que entonces pocos entendían. Su postura acerca del papel no solo informador sino formador que debían desempeñar los medios lo denominaron sus colaboradores como “Lasernismo”: afán de difundir; empeño de llevar a todos los estamentos las grandes tesis y teorías científicas; en lo político, hacer el “esfuerzo intelectual de suscitar aún en los niveles culturales más precarios, el examen de los problemas que afectan en su esencia al hombre” colombiano; usar el método mayéutico acudiendo a “los conceptos de los demás para examinarlos, desnudarlos y reducirlos antes que ponerse a cavilar en torno a las faces sombrías de los amigos o de los enemigos”.
Universidad de los Andes | Vigilada Mineducación
Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964.
Reconocimiento personería jurídica: Resolución 28 del 23 de febrero de 1949 Minjusticia.
© - Derechos Reservados Universidad de los Andes